jueves, 15 de febrero de 2007

Coordenadas de la tristeza

Te lo podrían decir los cedés de Quique González o de Enrique Urquijo,
pero no hace falta que preguntes.
A estas alturas ya sabes que no es un sentimiento ni un estado de ánimo.
La tristeza es un lugar
al que de vez en cuando regresas
con los brazos caídos.

viernes, 9 de febrero de 2007

Y sin embargo, se mueve

Ya voy aprendiendo que no existe lo definitivo,
que esta vida es el triunfo de lo provisional.
La realidad se representa a sí misma,
es tan sólo una de sus múltiples posibilidades.
Y están las cosas en el aire,
siempre a punto de ocupar otro lugar.
Así también yo existo
únicamente mientras me vuelvo otro.
Soy lo que estoy a punto de dejar de ser.
Me creo en tránsito.
En movimiento.
Nunca lo suficientemente quieto
como para decir: éste es mi sitio.
Nunca tanto tiempo el mismo
como para decir: éste soy yo.
Creo que todo se mueve
y que quizá eso sea lo único cierto:
que no es posible alcanzar lo definitivo,
pero sí habitar el cambio.

jueves, 1 de febrero de 2007

Estrella fugaz

Este milagro podría apagarse.
Podría durar sólo un parpadeo.
Abrir los ojos y que todo hubiera pasado.
Cerrarlos y que jamás hubiese existido.
Y es problable que justo ésa sea la distancia
que media entre siempre y nunca: un parpadeo.
Dentro de un abrir y cerrar de ojos
todo cuanto creemos infinito.

lunes, 22 de enero de 2007

El túnel

Al más mínimo descuido,
al presente se le abre una puerta
y a través de ella veo a un tipo
que camina a lo largo de un túnel.
Ahí está él: soy yo,
caminando hacia mi propio pasado,
cubriendo la distancia que media
entre ésta y otras vidas que tuve.
Mas, con una palabra,
con un ruido,
con una voz que lleve puesto mi nombre basta
para que regrese a lomos de un segundo
con una pregunta entre los dientes:
¿Será cierto que existe el pasado?
Y en el caso de serlo
–en el caso de ser cierto
que el tiempo que ya fue, de algún modo,
todavía sea–,
¿tendrá un espacio en el que seguir sucediendo?
¿Podrá el pasado existir fuera de nosotros?

lunes, 15 de enero de 2007

Tu nombre

Voy a escribir tu nombre en la arena.
Me dan igual el estruendo del mundo
y el graznido de los pájaros.
No me importa que el viento sople
o que el frío aprenda cómo me llamo.
Yo voy a escribir tu nombre en la arena.
Me trae sin cuidado lo que digan las noticias,
la pasarela Cibeles
o el último discurso del rey de la baraja.
Con mis manos voy a escribir tu nombre sobre la arena.
Y lo haré bien firme,
con letra clara,
a una distancia suficiente como para que esté a salvo
de todas las olas que lo quieran borrar.
Será como un conjuro.
Algo que haré con mis propias manos.
Escribir tu nombre.
No el de aquí.
No el de ahora.
El que es tuyo en todas partes.
En todo tiempo.
Escribiré tu verdadero nombre sobre la arena
y algún día tú tendrás que venir a reclamarlo.

miércoles, 3 de enero de 2007

El nombre de las cosas

Tienen todas las cosas su nombre:
ciudad,
casa,
habitación…
Todas las cosas tienen su nombre:
lámpara,
cama,
almohada...
Incluso en la oscuridad,
cuando nadie las ve,
tienen todas las cosas
—bolígrafo,
cuaderno,
poema—
su nombre.
Pero ocurre que seguramente
no lo saben.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Fabuladora

No es exactamente mentira
que el recuerdo sea siempre más dulce que la vida.
No es que la memoria mienta.
Es que flirtea con la ficción.

jueves, 21 de diciembre de 2006

Partes que sustituyen al todo

Por mucho que, por una vez,
mi imaginación y tu deseo se encontrasen,
aunque quisieras, no podrías asirme.
Me desharía entre tus manos
como las cosas que no tienen nombre.
En otro tiempo fui capaz de volar.
Ahora tan sólo soy añicos.
Partes que se desgajaron del todo.
En otro tiempo fui capaz de volar
y hay habilidades que nunca se olvidan.
Pero no es suficiente disponer de plumas
para alzar el vuelo.
Para despegar no basta tener alas siquiera.
Lo que yo necesito es que tú me pienses.
Necesito que digas mi nombre para ser real.
Al fin y al cabo, tú eres lo que queda de la esperanza,
el único sueño que no se me ha muerto de realidad.

sábado, 16 de diciembre de 2006

Domingo

Un trueno me despertó en mitad de la noche
y ahora la luz me despierta de nuevo.
Al pie de la cama yace el día hecho añicos.
Con paciencia recojo los restos, uno a uno.
Intento no masticar más pensamientos.
Desayuno.
Voy uniendo fragmentos.
Recomponiendo en silencio los pedazos.
Para la hora de comer vuelve el día a estar hecho
y yo vuelvo a tener presente sobre el que transitar.

lunes, 11 de diciembre de 2006

Sábado, sabadete

Es sábado.
Llueve.
No sé adónde ir.
Tampoco sé quedarme.

viernes, 8 de diciembre de 2006

Eso que llaman 'madurar'

No empuñes los sofismas.
No adelgaces la esperanza.
No te mientas el tamaño.
Hacerse adulto no es eso.
Que no te metan el la cabeza
que madurar consiste en convencerse
de que las cosas ya no van a cambiar.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

Don Gato

Salgo a tomar el aire
y el gato acude a echarse cerca de mí.
Nada me pide.
No emite ningún sonido.
Ni siquiera me mira.
Viene sólo a sumar su soledad a la mía.

domingo, 3 de diciembre de 2006

Ellos

Ella le tiende sus brazos
delicados como plumas.
Él sonríe como un faro.
La mano de él vuela hasta la cadera de ella
y allí se detiene como una mariposa.
Ella posa sus delicados dedos
sobre el estómago de él.
Se miran siempre como una primera vez,
como la última.
Ríen.
Él ahora le dice algo que hasta aquí no llega.
Ella lo observa desde quién sabe qué planeta.
Se han detenido en el instante.
Se acarician con sus silencios.
Sus palabras se besan en el aire.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Bona nit, Barcelona

Como está cansada de tanta luz,
a Barcelona se le cierran los párpados:
se duerme la ciudad con nosotros dentro.
No parece que nos importe:
seguimos existiendo en su vientre de ballena.
Recorremos su cuerpo tendido,
subimos y bajamos escaleras.
Asistimos a conciertos,
a las tiendas,
a los bares.
Pagamos en efectivo o con tarjeta,
llamamos ascensores,
dejamos mensajes en buzones de voz.
Más que habitantes, somos pasajeros.
Sucedemos a toda prisa.
No nos han dicho cuál es la próxima parada.

martes, 28 de noviembre de 2006

Al microscopio

Si uno los mira de cerca,
al microscopio,
comprobará que los sueños,
en realidad,
están hechos de plumas:
no sirven para la gravedad,
son antónimos del suelo.
Si se me mira a mí,
lo que se ve
es que estoy hecho de sueños.